El Archivo Arquidiocesano de Mérida “Luis Eduardo Cardona” se engalanó para conmemorar con júbilo sus 120 años de existencia, una trayectoria que ha tejido puentes entre generaciones, convirtiéndose en guardián del alma documental de la Iglesia merideña. Fundado en 1905 bajo la visión y el liderazgo del Arzobispo Monseñor Antonio Ramón Silva, este archivo no es solo una colección de documentos: es un testimonio vivo de la evangelización, la cultura y la identidad de un pueblo profundamente arraigado en su fe.
A lo largo de más de un siglo, el Archivo ha asumido con responsabilidad y esmero la tarea de custodiar los tesoros históricos que narran la evolución de la Iglesia en Mérida, desde sus primeros pasos hasta los desafíos del presente. Cada acta, carta o manuscrito preservado entre sus muros encierra una parte de nuestra memoria colectiva, iluminando el camino de la comunidad creyente con las huellas del pasado.
🔍 ¿Sabías que…?
En 1959, el archivo experimentó una renovación sin precedentes gracias a la entrega y visión del Padre Luis Eduardo Cardona, un sacerdote eudista, científico y educador apasionado por el conocimiento. Este insigne personaje revolucionó la organización del archivo al implementar un sistema de clasificación moderno que dividió los documentos en tres secciones fundamentales, permitiendo así una mejor conservación y acceso a la información. Además, introdujo cajas especiales diseñadas para prevenir el deterioro de los materiales, convirtiéndose en pionero de la preservación documental en la región.
Entre sus logros más admirables destaca el rescate y organización de la valiosísima correspondencia de Monseñor Silva: nada menos que 58 cajas meticulosamente ordenadas, con el celo de quien comprende que cada palabra escrita encierra un fragmento de eternidad. El mismo Padre Cardona describía esta tarea como un “deber sagrado”, y no es para menos: cada carta recuperada representa una ventana abierta a los pensamientos, preocupaciones y esperanzas de una época.
🌿 Su compromiso con la fe, la ciencia y la enseñanza fue reconocido en vida con honores como la Crux Pro Ecclesia et Pontifice otorgada por el Vaticano, y la Orden al Mérito en el Trabajo, una doble distinción que rinde homenaje a un verdadero héroe de la memoria eclesial.
🙏 Hoy, al celebrar este aniversario, rendimos tributo no solo al archivo en sí, sino a todos los hombres y mujeres que, como Monseñor Silva y el Padre Cardona, han dedicado su vida a custodiar y transmitir nuestra historia. En tiempos donde todo parece efímero, se vuelve urgente abrazar la memoria como un acto de resistencia espiritual y cultural.
🌱 Porque la memoria es el jardín donde la Iglesia siembra su eternidad, y el Archivo Arquidiocesano de Mérida es el guardián de ese jardín sagrado.



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