Hoy el Archivo Arquidiocesano de Mérida se reviste de alegría y gratitud al celebrar un día muy especial: el cumpleaños de su estimado Director, el Padre Edduar Molina. En el corazón de esta ciudad andina, donde la historia de la fe palpita entre montañas y nubes, el trabajo silencioso, pero trascendental del Padre Molina se convierte en un legado viviente. Su incansable vocación de servicio como custodio del patrimonio documental de la Iglesia merideña lo posiciona como un verdadero guardián de la memoria sagrada.
Durante años, el Padre Edduar ha dedicado su tiempo, sabiduría y amor a la conservación de archivos que datan de épocas fundacionales. Bajo su atenta mirada y firme compromiso, antiguos documentos, actas, cartas pastorales y registros sacramentales han sido resguardados y restaurados, muchos de ellos con un valor incalculable no solo para la historia eclesiástica sino también para la identidad cultural del pueblo merideño. Gracias a su entrega, los pergaminos cobran nueva vida, transformándose en puentes que conectan el presente con las voces del pasado.
Cada hoja conservada bajo su dirección lleva impregnada la esencia de generaciones que oraron, soñaron y construyeron comunidad desde la fe. Su labor va más allá del simple archivo; es un acto de amor por la verdad histórica y una misión espiritual de conexión intergeneracional. Así, el Archivo Arquidiocesano no solo resguarda documentos: custodia la esperanza, los anhelos y las luchas de un pueblo guiado por la luz del Evangelio.
Hoy, al conmemorar un año más de vida, elevamos nuestras oraciones para que el Señor siga colmando al Padre Edduar de dones que fortalezcan su misión. Que reciba la sabiduría necesaria para seguir interpretando las huellas del tiempo con claridad y profundidad; que goce de salud para continuar protegiendo este valioso tesoro que es patrimonio de todos; y que no le falten nunca las alegrías cotidianas, esas que brotan como luces entre los estantes de un archivo que él ha aprendido a amar como parte de sí.
Desde cada rincón de nuestra arquidiócesis, miembros de la comunidad eclesial expresamos nuestro reconocimiento y afecto. Aplaudimos la incansable labor de este hombre de fe que, con humildad y perseverancia, ha sabido hacer del Archivo Arquidiocesano de Mérida un verdadero faro cultural y espiritual. Su testimonio inspira y su legado permanece.
¡Feliz cumpleaños, Padre Edduar Molina! Que esta nueva vuelta al sol sea también una vuelta de gracia, luz y esperanza para usted y para todos los que se nutren de su trabajo.



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