jubileo de la esperanza en la iglesia

Jubileo de la esperanza en la Iglesia merideña

Padre Edduar Molina.

El Año Jubilar tiene un profundo significado para las Iglesias particulares como un tiempo de renovación espiritual y reconciliación, siguiendo la tradición bíblica y celebrado aproximadamente cada 25 años, es una invitación a experimentar la misericordia de Dios a través de actos de caridad, confesión y peregrinación.

En el numeral 1. De la bula de convocatoria “Spes non confundit”, “la esperanza no defrauda” (Rom 5,5). Nos dice: “Todos esperan. En el corazón de toda persona anida la esperanza como deseo y expectativa del bien, aun ignorando lo que traerá consigo el mañana. Sin embargo, la imprevisibilidad del futuro hace surgir sentimientos a menudo contrapuestos: de la confianza al temor, de la serenidad al desaliento, de la certeza a la duda. Encontramos con frecuencia personas desanimadas, que miran el futuro con escepticismo y pesimismo, como si nada pudiera ofrecerles felicidad. Que el Jubileo sea para todos, ocasión de reavivar la esperanza…”

Reavivar esperanza, por tanto, es tarea principal en este nuevo año jubilar en nuestras Iglesias particulares. Seguramente, muchos peregrinos emprenderán tendrán la gracia de atravesar la puerta santa de las basílicas mayores, pero también, como dice el Papa en la bula, otros “lo celebrarán en las Iglesias particulares. Que pueda ser para todos, un momento de encuentro vivo y personal con el Señor Jesús, “puerta” de salvación (Jn 10, 7. 9); con Él, a quien la Iglesia tiene la misión de anunciar siempre, en todas partes y a todos como nuestra esperanza (1 Tim 1, 1)”.

De este modo, la Arquidiócesis de Mérida ha fijado el cronograma de fechas de apertura del jubileo en las diferentes zonas pastorales, con una solemne eucaristía que preside nuestro Arzobispo Metropolitano, Mons. Helizandro Terán, acompañado por el clero de la zona, vida consagrada, laicos y movimientos de apostolado y todas las comunidades, de la siguiente manera: zona Metropolitana: S.I Catedral se realizó el pasado 27 de diciembre de 2024, en el marco de la celebración de los 400 años del nacimiento de San Benito de Palermo.

La zona Cuenca del Chama, tiene su sede jubilar en el Templo parroquial N. Sra. de Coromoto, se tiene previsto para el 15 de febrero 2025. La zona pastoral Mocotíes, en el marco del jubileo de los jóvenes de nuestra arquidiócesis, fijado para 22 de febrero 2025 en el Santuario N. Sra. de Regla Tovar. La zona del Páramo abrirá las puertas de la Basílica Santa Lucía dé Timotes el 1 de marzo de 2025.

Con motivo del día de la mujer, la zona Ejido tendrá su Santuario San Buenaventura de Ejido este 8 de marzo de 2025 vivirá su apertura jubilar. Para concluir en la zona pastoral Pueblos del Sur, 15 de marzo de 2025, en el Templo parroquial N. Sra. del Carmen Canaguá.

Dentro de las iniciativas que podemos tomar en cuenta, en cada una de estas Iglesias está en primer lugar la participación en el sacramento de la confesión, el Papa Francisco dice que el sacramento de la Reconciliación es el «punto de partida insustituible para un verdadero camino de conversión». También podemos leer el documento jubilar “Spes Non Confundit”, con el tema del Año Santo «Peregrinos de esperanza», se incluye una reflexión bíblica sobre la esperanza, así como una explicación del significado de un año jubilar; ideas y ánimos para los cristianos que vivamos el Año Santo.

Otra de las tradiciones de todo año santo, es la de hacer una peregrinación. Ponerse en camino es un gesto típico de quienes buscan el sentido de la vida. La peregrinación a pie favorece mucho el redescubrimiento del valor del silencio, del esfuerzo, de lo esencial. Peregrinar a estas Iglesias de nuestras zonas pastorales, es la oportunidad privilegiada para que los peregrinos tengan la oportunidad de recibir la Indulgencia Jubilar, una gracia que remite las penas temporales del pecado. Y lo más importante, realizar obras de misericordia, de modo que los católicos podamos “ser signos tangibles de esperanza para tantos hermanos y hermanas que viven en condiciones de penuria”.

Que la esperanza nos haga elevarnos por encima de nuestras pruebas y dificultades y nos inspira a seguir adelante.

Mérida, 9 de febrero de 2025

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