El Archivo Arquidiocesano de Mérida, custodio de un invaluable patrimonio histórico y cultural, abrió sus puertas esta semana para recibir a un grupo especial de visitantes: estudiantes de la prestigiosa Maestría en Historia, Teoría y Crítica de la Arquitectura, perteneciente a la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Los Andes (ULA). Acompañados por la profesora Debby Avendaño, responsable del Seminario de Historia II dentro de este programa de posgrado, los futuros especialistas emprendieron una inmersión en las fuentes primarias que narran la evolución constructiva y social de la región.
La visita, diseñada para conectar la teoría académica con los testimonios tangibles del pasado, fue guiada de manera excepcional por dos figuras clave de la institución: el Director del Archivo, Presbítero Edduar Molina, y la Licenciada María Villafañe, coordinadora del vital Departamento de Organización Documental. Juntos condujeron a los estudiantes y a su profesora a través de las instalaciones, explicando no solo la función del Archivo, sino también la riqueza y la complejidad de los fondos que resguarda.
El Padre Molina, en un momento particularmente significativo, recalcó con énfasis la importancia única del fondo documental del Archivo, especialmente en lo que concierne a la historia arquitectónica de Mérida. Destacó cómo estos legajos, pergaminos y libros contienen datos de valor incalculable sobre emblemáticas construcciones, siendo la propia Catedral de Mérida un ejemplo paradigmático. Sus palabras fueron más allá de la simple descripción de contenidos; introdujo un concepto fascinante: la “Arquitectura del Documento”.
Con esta metáfora, el Director ilustró cómo cada documento histórico posee una estructura interna propia, una organización precisa de sus elementos (encabezados, sellos, márgenes, texto, firmas) que, al igual que los planos de un edificio, define su función, su solidez y su capacidad para transmitir información a través del tiempo. Esta analogía resonó profundamente entre los estudiantes, acostumbrados a analizar estructuras físicas, invitándolos a ver los documentos como “edificios” de información cuidadosamente diseñados.
Posteriormente, la Licenciada Villafañe, en colaboración con la Arquitecta Rosmary Urrea, Directora del Museo Arquidiocesano, ofreció a los visitantes un encuentro directo con joyas documentales concretas. La experiencia fue extraordinaria: los estudiantes pudieron contemplar y estudiar planos originales de la Catedral de Mérida, trazados que revelan las decisiones técnicas y estéticas de sus constructores.
Pero la inmersión no terminó ahí. Se exhibieron ante ellos libros y documentos originales que datan de los siglos XVII y XIX, testimonios directos de la vida administrativa, social y religiosa de épocas pasadas, extraídos directamente del repositorio documental del Archivo. El recorrido por la riqueza patrimonial incluyó también una mirada a los incunables y ejemplares del periódico “El Vigilante”, piezas fundamentales que forman parte de la distinguida colección de la biblioteca auxiliar del Archivo, la cual, recordaron los anfitriones, permanece abierta para la consulta pública, cumpliendo así con su misión de difusión del conocimiento.
Un momento de especial distinción fue la cordial presencia de Monseñor Helizandro Terán, Arzobispo de Mérida. Desde el despacho del Director del Archivo, el prelado dirigió un cálido saludo al grupo, expresando su satisfacción por el interés académico en el patrimonio diocesano y reafirmando el compromiso de la Arquidiócesis con la preservación y el estudio de estos bienes culturales y espirituales. Su breve intervención subrayó el apoyo institucional a la labor del Archivo y su relevancia para la comprensión de la identidad merideña.
Esta visita académica al Archivo Arquidiocesano de Mérida trascendió el mero recorrido institucional. Constituyó un puente vital entre la formación teórica de alto nivel de la ULA y las fuentes primarias que alimentan la investigación histórica y arquitectónica. Los estudiantes, futuros críticos e historiadores de la arquitectura, tuvieron la oportunidad única de palpar la materia prima de su disciplina, de comprender la “arquitectura” inherente a los documentos y de apreciar la monumentalidad histórica que reside en planos, actas y libros antiguos.
El Archivo, con su equipo comprometido, reiteró una vez más su rol indispensable como centro de memoria y conocimiento abierto a la comunidad académica y al público en general. ¡La invitación a explorar este fascinante universo documental está abierta! ¡Anímate a conocernos y a descubrir las historias que nuestras paredes de papel custodian!
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